Es más que volumen. Es hidratación, contorno y precisión.
El ácido hialurónico es uno de los tratamientos más conocidos en medicina estética, pero también uno de los más malinterpretados. Aquí aclaramos lo que sí es, lo que no es, y cómo lo aplicamos para lograr resultados naturales y seguros.
¿Qué es realmente?
Es una sustancia presente de forma natural en nuestra piel. Tiene la capacidad de retener agua, lo que le da a la piel hidratación, elasticidad y firmeza. Con el paso del tiempo, su cantidad disminuye, y ahí es donde entra su uso médico.
No se trata solo de volumen
No todos los rellenos dan volumen. Existen diferentes densidades y usos: algunos se usan para hidratar profundamente (skin boosters), otros para dar soporte (pómulos, mentón), y otros para perfilar (labios o mandíbula). Cada caso requiere una indicación precisa.
Aplicación médica, no estética superficial
Aplicar ácido hialurónico no es cuestión de “rellenar”. Se necesita conocimiento anatómico, experiencia y criterio para respetar la armonía del rostro. El resultado debe integrarse con tu expresión, no cambiarla.
¿Y los mitos?
- “Te cambia la cara”: falso. El buen uso mantiene tu expresión.
- “Es permanente”: no. Es reabsorbible y temporal.
- “Duele mucho”: no, se usa anestesia local y es bien tolerado.
Bien usado, el ácido hialurónico no transforma. Realza.